La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune que afecta a millones de personas en todo el mundo, incluyéndome a mí misma.
Como paciente, sé lo complicado que puede ser enfrentar esta condición.
Durante años, mis análisis tiroideos salían dentro de los rangos normales, lo que hacía que los médicos me dijeran que todo estaba bien.
Sin embargo, yo sentía una disminución significativa en mi salud: cansancio extremo, cambios en mi peso y una sensación constante de que algo no estaba bien.
Fue solo a través de una biopsia que finalmente se confirmó el diagnóstico. Es frustrante que te digan que no tienes nada cuando tu cuerpo claramente te está diciendo lo contrario.
Ahora bien, hablemos de esta afección:
Es una afección donde nuestro sistema inmunológico ataca a nuestra tiroides, produciendo una severa inflamación en la misma, lo que genera una serie de síntomas que disminuyen o comprometen severamente nuestra calidad de vida en el aspecto físico y también en lo emocional.
Seguro te estarás preguntando ¿por qué es tan severo este padecimiento?, y para responder esta pregunta es importante saber ¿Cuál es la función de la glándula tiroides? Te lo respondo a modo resumido, esta glándula se encarga de regular varias funciones vitales como: el crecimiento, la temperatura corporal, el ritmo cardíaco, la digestión, el metabolismo, el sueño, entre otras.
Te menciono solo algunas para que visualices el gran alcance e importancia que tiene en nuestro cuerpo esta glándula.
Cuando se comienzan a presentar los síntomas más comunes, como la fatiga con cansancio extremo, el bocio que se ve como un bulto en tu cuello, ruido o sensación al tragar, dolores musculares, articulares, problemas de adaptación con el clima, cuando todos sienten calor, tú sientes frío y viceversa, la pérdida o exceso de peso.
Entonces, decides ir al médico, quien generalmente detecta con la evaluación clínica que puede tratarse de un problema en la tiroides. Ya para diagnosticarla se realizan pruebas de sangre como perfil tiroideo: T3-T4-TSH y anticuerpos tiroideos, ecografía de la tiroides, y hasta biopsia, como ocurrió en mi caso.
Si tu mi estimado lector estás posiblemente atravesando una sintomatología parecida y presientes que estás padeciendo de la tiroides , te recomiendo primero ir a un especialista de la salud en este caso médico internista o endocrinólogo. Ellos te pueden hacer los análisis necesarios para dar un diagnóstico temprano de la enfermedad.
Si ya fuiste diagnosticado te mando un caluroso y respetuoso abrazo a la distancia, con empatía sabiendo desde la experiencia que no es fácil aceptar cuando te explican que no tiene cura, que muchas veces te tildarán de flojo o floja, porque no parece que padecieras dicha enfermedad.
De hecho, está dentro de la lista de enfermedades silenciosas. También te enfrentarás a que el tratamiento en muchos casos es una pastilla con una dosis, pero los síntomas no siempre desaparecen con ese solo tratamiento, es decir, con solo esa pastilla. Es por eso que he escrito este artículo para darte otra alternativa a la que ya se nos presenta, es decir, una que la complementa y es de gran beneficio.
Los alimentos altamente inflamatorios son los más procesados, como comidas rápidas, enlatados, productos lácteos enteros, aceites vegetales, los dulces, las gaseosas. El gluten es muy perjudicial cuando se padece de hashimoto. Aunque cada uno de nosotros tenemos un metabolismo diferente, evitar este tipo de alimentación te ayudará significativamente.
Cambia los aceites vegetales tradicionales por aceite de aguacate o de oliva. La manteca de cerdo puede ser otra opción más económica pero se debe usar con moderación. Incluye en tu dieta proteínas magras: huevos, pollo, pescado. Verduras, y bebe suficiente agua, incluso si no sientes sed. Cuando comas, aprende a escuchar a tu cuerpo y sabrás de aquello que empeora cuando lo consumes, para poder evitarlo.
Antes de ser diagnosticada uno de los síntomas que más me afectó fueron los ataques de pánico, ansiedad acompañados de un nerviosismo extremo.
Te recomiendo algunos hábitos que me han ayudado mucho:
Buscar conexión con la naturaleza: caminatas en la mañana para recibir la luz del sol (preferiblemente antes de las 9:00 a.m.), abrazar un árbol o caminar descalzo sobre tierra.
Pensar en cosas que te generen felicidad y bienestar.
Si tienes el hábito de tomar café sin desayunar, trata en lo posible de cambiar ese hábito, ya que puede afectar el sistema nervioso.
Desde una perspectiva espiritual, busca conectar con tu Creador. En mi caso, como soy de fe cristiana, practico aprender versículos, meditar en la Biblia y orar mientras conecto con la naturaleza.
El tratamiento de este padecimiento es integral, pues esta glándula como te expliqué al principio es multifuncional. Por lo tanto, una pastilla no es la única solución. Si me preguntas cómo podemos esquematizar con palabras el tratamiento te diría: Tratamiento tradicional más Tratamiento de complemento. Nutrición- Mente- Espíritu- Nuevos Hábitos- Ejercitación.
Hoy comprendí que se puede aceptar esta condición y revertir mucho de sus molestos síntomas, y todo eso se logra desde la empatía con nosotros mismos, desde la no comparación con otras personas que no entenderán tu proceso y te juzgarán desde su posición. No me quiero despedir sin decirte que no estás solo, hay esperanza, eres una persona valiente y completa, el Hashimoto no nos define, nos fortalece.
Con cariño: Elide Goliath.